Según la investigación, el cabecilla de esta red vivía y trabajaba en el hotel, como encargado de la piscina. Sin embargo, utilizaba una habitación para almacenar, dosificar y comercializar estupefacientes, al menudeo. Esto, habría convertido dicho inmueble en un punto estratégico para el tráfico local de sustancias ilícitas.
Entrevistas, seguimientos, interceptaciones telefónicas y allanamientos, entre otras labores de policía judicial, evidenciaron que dichas conductas ilegales vendrían siendo cometidas entre los años 2022 y el 2024.
En operativos previos a las diligencias de extinción, las autoridades encontraron estupefacientes en las propiedades ocupadas. En el marco de esas acciones también fueron capturas varias personas, entre quienes estuvo el presunto cabecilla de la red criminal.
Un fiscal de la Dirección Especializada de Extinción del Derecho de Dominio concluyó que los propietarios facilitaron las actividades ilegales.


