El mensaje en los símbolos: la vestimenta final del papa Francisco y los signos de su féretro

El fallecimiento del papa Francisco el pasado 21 de abril de 2025 a las 7:35 a.m. en la Casa Santa Marta, su residencia en el Vaticano, ha conmocionado al mundo. A los 88 años, Jorge Mario Bergoglio, el primer pontífice latinoamericano, dejó una huella imborrable por su cercanía con los fieles, su defensa de los marginados y su estilo pastoral sencillo, valores que también se reflejan en los detalles de su vestimenta póstuma y en los símbolos elegidos para su féretro.

La elección de la vestimenta: humildad hasta el final

A contracorriente de la tradición, Francisco pidió ser velado dentro de un féretro sencillo de madera con interior de zinc, dejando de lado el catafalco sobre el que tradicionalmente reposaban los pontífices. Las imágenes difundidas por el Vaticano muestran al Papa con las manos entrelazadas, gesto que alude a su constante actitud de oración.

Vestido con una casulla roja, el Papa lleva consigo el signo litúrgico del amor supremo y el martirio espiritual: el derramamiento de la sangre, no en el campo de batalla, sino en el compromiso diario con el Evangelio. En su cabeza, descansa una mitra blanca,  símbolo de la autoridad episcopal y de su dignidad como obispo de Roma.

Entre sus manos, un rosario discreto, de cuentas negras y cadena plateada, refuerza su imagen de devoción silenciosa, una que vivió con coherencia desde Buenos Aires hasta el Vaticano.

Cinco símbolos del féretro de Francisco

La Basílica de San Pedro acoge desde este miércoles el féretro de Francisco, donde miles de fieles desfilan en silencio para rendirle homenaje. Cinco elementos destacan en la forma en que el pontífice ha sido presentado al mundo por última vez:

1. La casulla roja

Es la prenda litúrgica más visible y representa no solo la sangre de Cristo, sino también el amor ardiente y la entrega sin reservas. Esta túnica se utiliza en momentos clave de la fe cristiana como Pentecostés o el Viernes Santo, y en el caso de Francisco, subraya su testimonio de vida entregada al prójimo.

 2. El palio papal


Sobre sus hombros, Francisco lleva un palio blanco, bordado con pequeñas cruces negras, una prenda reservada a papas y arzobispos metropolitanos. El suyo fue confeccionado por las monjas benedictinas de Santa Cecilia. En el centro descansa una pequeña pieza dorada que representa los clavos de la crucifixión: el sufrimiento unido a la esperanza.

3. La mitra blanca


Sustituta de la antigua tiara papal, la mitra simboliza autoridad y santidad. Francisco eligió una mitra sencilla, sin ostentaciones, con apenas un ribete dorado. Fiel a su estilo, incluso este símbolo tradicional es reinterpretado desde la sobriedad.

 4. El anillo de plata


En el dedo anular de su mano derecha, Francisco no lleva el Anillo del Pescador —símbolo oficial del pontificado y que debe ser destruido tras la muerte del Papa—, sino un **anillo de plata** que usó desde su época como arzobispo de Buenos Aires. Un gesto más de identidad y fidelidad a sus raíces.

5. El rosario


El rosario entre sus manos habla por sí solo. Desde Pablo VI, es tradición que los papas sean enterrados con uno, pero el de Francisco es particularmente austero. Este símbolo final encapsula una vida entera de oración y contemplación silenciosa en medio de una Iglesia siempre en movimiento.

Una despedida diferente

Uno de los mayores cambios en las exequias de Francisco ha sido su decisión de permanecer en un ataúd abierto durante el funeral. En contraste con la costumbre de exhibir al pontífice sobre un catafalco, Francisco quiso descansar directamente en el féretro, en contacto directo con el pueblo.

Además, ha dejado instrucciones para ser enterrado no en la cripta vaticana, sino en un **nicho sencillo en la Basílica Papal de Santa María la Mayor** en Roma, santuario mariano que visitó invariablemente al inicio y al final de cada viaje apostólico.

Con estos gestos finales, el papa Francisco reafirma, incluso en la muerte, lo que proclamó con palabras y acciones en vida: una Iglesia pobre para los pobres, sin adornos superfluos, cercana a su pueblo y apegada al Evangelio.