
Tal como se esperaba, este martes, en una votación relámpago y pública, el pleno del Congreso de la República eligió al abogado Álvaro Echeverry Londoño como nuevo magistrado del Consejo Nacional Electoral (CNE). Con 205 votos a favor, el candidato avalado por Colombia Justa Libres, pero identificado ampliamente como cercano al gobierno Petro, se impuso sin mayor dificultad.
La votación fue contundente: 141 votos en Cámara, 64 en Senado, en una jornada sin sobresaltos que duró menos de una hora. En contraste, su rival, Plinio Alarcón, actual director jurídico del CNE y ficha del partido MIRA, apenas logró reunir 50 votos entre ambas cámaras. Incluso hubo respaldos de sectores que tradicionalmente se han mostrado críticos al Gobierno, como algunos miembros de Cambio Radical.
La elección de Echeverry no fue un simple trámite burocrático. El Congreso se jugaba algo más que una silla en el CNE: se debatía el futuro del equilibrio político dentro del organismo electoral, el rumbo del Pacto Histórico de cara a 2026 y, sobre todo, el destino de la investigación contra la campaña de Gustavo Petro por presunta violación de topes de financiación.
Aunque su aval provino de una colectividad cristiana —Colombia Justa Libres—, en los pasillos del Capitolio todos sabían que Echeverry era el candidato del Gobierno. Cercano a figuras como Roy Barreras y Armando Benedetti, con vínculos en el pasado con la Colombia Humana, venía de ocupar un cargo clave en el Ministerio del Interior como director de Consulta Previa.
Los defensores de su postulación aseguran que Echeverry representa una garantía de inclusión. Su hoja de vida revela una trayectoria política donde ha alternado entre el petrismo, el Partido de la U y alianzas con distintos bloques parlamentarios, lo que le permitió tejer una red de apoyos transversales.
Con su llegada al CNE, se reconfigura el tablero en el que se juegan decisiones clave: desde las investigaciones en curso hasta la distribución de personeros y registradores regionales. La elección también puede ser vista como un mensaje del petrismo de que aún conserva fuerza dentro del Congreso —a pesar de los tropiezos legislativos del último año.
Votación abierta y sin secretos
En un hecho poco común, la elección se hizo a voto nominal y público, lo que permitió observar cómo incluso sectores opositores se alinearon con el nombre de Echeverry. Esta modalidad también dejó en evidencia la soledad de la candidatura de Alarcón, respaldado por la oposición y algunos sectores conservadores.
¿Qué sigue ahora?
Echeverry reemplazará a César Lorduy, quien ocupaba el cargo como cuota de Cambio Radical. Con este cambio, el Consejo Nacional Electoral tendrá una nueva correlación de fuerzas que, según analistas, podría inclinar la balanza en decisiones determinantes para el futuro político inmediato del país.