EE. UU. reducirá 10 % de operaciones aéreas en 40 aeropuertos desde este viernes por cierre gubernamental

La medida podría afectar entre 3.500 y 4.000 vuelos diarios. Autoridades advierten que la escasez de controladores aéreos compromete la seguridad operativa.

El Gobierno de Estados Unidos anunció que, a partir del viernes 7 de noviembre, se reducirá en 10 % la capacidad operativa de 40 de los aeropuertos más transitados del país, en medio del prolongado cierre gubernamental que ya supera los 36 días.

La decisión, comunicada por el secretario de Transporte, Sean Duffy, responde a la falta de personal en los servicios de control aéreo debido al cese parcial de financiación federal. Según estimaciones citadas por medios locales, la medida podría impactar entre 3.500 y 4.000 vuelos diarios, provocando retrasos, cancelaciones y congestión en rutas nacionales e internacionales.

“Una de las medidas será la reducción del 10 % en la capacidad en 40 de nuestras ubicaciones. Esta decisión se basa en datos, en función de dónde está la presión del sistema”, explicó Duffy.

Escasez de personal crítico

La parálisis presupuestaria ha impedido el pago de cerca de 1,4 millones de empleados federales, incluidos controladores de tránsito aéreo que continúan trabajando sin recibir salario. Algunos han optado por ausentarse o buscar empleos temporales, lo que ha agravado la afectación del sistema aeronáutico.

El secretario Duffy advirtió que faltan cerca de 2.000 controladores para operar con normalidad y señaló que la reducción busca evitar riesgos de seguridad:

“Si no tomamos medidas, no podremos seguir diciendo al público que operamos el sistema aéreo más seguro del mundo”.

En los aeropuertos, los reportes reflejan un aumento de retrasos y cancelaciones en las últimas semanas por falta de personal.

Aeropuertos afectados y alcance de la medida

Aunque la administración no reveló la lista de aeropuertos que enfrentarán recortes, se anticipa afectación en los principales terminales de Nueva York, Miami, Washington, Chicago, Atlanta y Los Ángeles, entre otros.

El administrador de la FAA, Bryan Bedford, afirmó que la medida será limitada a los mercados de mayor congestión:

“Vamos a pedir a las aerolíneas que trabajen de manera colaborativa para reducir sus horarios. Se trata de un ajuste prescriptivo y quirúrgico”.

La reducción también podría afectar el tráfico de aviación privada y restringir algunos lanzamientos espaciales programados.

Cierre gubernamental sin resolución

El cierre presupuestal comenzó el 1 de octubre, cuando expiró el financiamiento federal sin que el Congreso alcanzara un acuerdo entre republicanos y demócratas. La situación, la más larga registrada en la historia del país, ha alterado servicios públicos y programas de asistencia social, además de golpear a miles de familias que dependen de salarios federales.

El presidente Donald Trump ha responsabilizado a los demócratas por la falta de acuerdo:

“Estos tipos son kamikazes. Derribarán al país si tienen que hacerlo”, afirmó durante un evento en la Casa Blanca.

Mientras tanto, la Casa Blanca ha insistido en que el país debe elegir entre “comunismo y sentido común”, en referencia a las negociaciones políticas en curso.

Impactos adicionales

Con empleados esenciales trabajando sin remuneración, sectores como seguridad aeroportuaria, inspección aeronáutica y control migratorio operan bajo presión.

Las aerolíneas fueron notificadas de la medida apenas una hora antes del anuncio público, según informó CNN. Airlines for America, asociación de aerolíneas comerciales, reconoció el impacto potencial y aseguró que trabajará para “mitigar los efectos sobre pasajeros y transportadores”.

Tampoco se ha precisado cuánto tiempo podrían durar las restricciones, cuya continuidad dependerá del avance en las negociaciones políticas para restaurar el financiamiento federal.

Lo que viene

La FAA y las aerolíneas sostendrán reuniones para coordinar la implementación del recorte. Autoridades recomendaron a los viajeros verificar anticipadamente sus itinerarios y prepararse para demoras.

Mientras tanto, el Congreso mantiene estancadas las negociaciones. Los republicanos buscan aprobar una extensión de financiamiento mientras se renegocian aspectos clave del presupuesto; los demócratas exigen revisar desde cero proyectos de reforma aprobados meses atrás.