
Bogotá, 14 de octubre de 2025. — En un extenso mensaje publicado en sus redes sociales, el presidente Gustavo Petro habló de la existencia de una estructura criminal conocida como la “junta del narcotráfico”, “Cartel de Bogotá” o “Bloque Capital”. Según el mandatario, esta organización combina poder político, narcotráfico y corrupción institucional, y estaría detrás de múltiples asesinatos, incluido el del fiscal paraguayo Marcelo Pecci.
Petro aseguró que, al llegar a la Presidencia, “ninguna información en la Dipol existía sobre la existencia de la llamada junta del narcotráfico”, y que fue él mismo quien debió enfrentar las consecuencias de denunciarla. El presidente afirmó que este grupo habría logrado impunidad a través de una estrecha relación con directivos de la Fiscalía y que estaría involucrado en el asesinato de 15 personas en Bogotá, así como en la expansión de redes de narcotráfico con conexiones internacionales.
A continuación, el mensaje completo del presidente Gustavo Petro:
“Cuando llegué a la presidencia ninguna información en la dipol existía sobre la existencia de la llamada junta del narcotráfico, o cartel de Bogotá, o Bloque Capital; me tocó a mi mismo correr con las consecuencias de denunciarla.
Logró su impunidad en una relación muy fuerte con directivos de la fiscalía.
Asesinó con sicarios profesionales y francotiradores de alta gama a 15 personas en Bogotá.
Mató al fiscal Pecci en Cartagena.
Tiene políticos distinguidos del centro del país en sus filas. Y votan en sus reuniones.
Es el principal cartel de exportación de la cocaína del mundo, pero viven en Europa.
Manejan equipos de fútbol. Quieren asesinar al presidente de Colombia, pero logran la descertificación del país con lobby en la Florida.
No los toca ningún misil porque no van en lanchas por el Caribe, sino qué viven en los barrios más ricos de Dubái, Madrid y la Florida.
Quieren las esmeraldas, como ciertos expresidentes y excandidatos presidenciales.
Le pidieron a Carlos Castaño a través del exfiscal Luis Camilo Osorio, mi asesinato porque hice el debate de la urbanización de San Simón donde lavaron activos volviendo la tierra más fértil de la sabana de Bogotá en condominios de lujo. Hoy ya permitieron densificar a San Simón con edificios colapsando la autopista, cuando eso estaba prohibido, ¿qué alcalde de Bogotá lo permitió? El área de San Simón fue un lavado de activos de Ángel Gaitán Mahecha mediante volteo de tierras legalizado por el gobierno de Andrés Pastrana. Los familiares de Pastrana, su canciller, su jefe de planeación, su familia y los entonces dueños de El Tiempoeran propietarios de suelos en San Simón que después se urbanizaron. De 300.000 millones de pesos que valía la hacienda pasaron a 3 billones solo con una firma de un ministro de Andrés Pastrana.
No conocía a Ángel Gaitán Mahecha ni a Julio Lozano, sobrino del tercero del cartel de Pablo Escobar, ni a sus negocios de esmeraldas, ni conocía a Marset el uruguayo, que lava dinero con los conciertos de cantantes de Medellín y con una iglesia con asiento en Paraguay y Colombia, pero ese Gaitán Mahecha fue el primero que pidió mi muerte desde la cárcel, solo porque logré develar el negocio de San Simón en uno de mis primeros debates en el congreso en el año 2000.
Con la llegada de Arroyave al Bloque Capital pedido por los grandes políticos de Bogotá el cartel se metió al paramilitarismo, controló los grandes prostíbulos del barrio Santa Fé, los San Andresitos, la piratería de CDs de toda Bogotá, el aeropuerto El Dorado y Guaymaral.
Volvieron a intentar matarme y esta vez el consejero de paz del gobierno de Uribe les prestó el helicóptero oficial para traer a Arroyave desde Ralito a los Llanos, ya venía a matarme y había puesto cien millones, pero lo mató su segundo.
Dominaron también el tráfico de los Llanos, hicieron guerras con centenares de muertos contra otros paramilitares, dominaron el puerto de Buenaventura, se compraron frentes de la vieja guerrilla de las FARC, a Mordisco, a ricos del ELN, a grupos del Clan del Golfo, entraron a Ecuador y lo volvieron país de la violencia comprando políticos. Un fiscal general de Colombia ayudó a que no ganara el candidato que no querían.
Se asociaron con las mafias italianas, árabes, albanesas.
En fin, el cartel de Bogotá, asiduo cliente de los clubes sociales capitalinos, se hizo el cartel más grande en el mundo de la cocaína.
Desde entonces combinan el gran poder político con la cocaína y ni la policía ni la justicia los investigan.
Trump no sabe de ellos, le ocultan la información, se inventan carteles para llenar sus ansias de petróleo, y así evaden a la DEA, a la CIA; algunos de sus miembros les ayudan.
Esta es la gran corrupción, amigos y amigas. Y quieren el poder.”