
La Fiscalía General de la Nación avanza en la investigación del asesinato del senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, ocurrido el 7 de junio en Bogotá, con nuevos hallazgos que profundizan en la red criminal que facilitó este atentado. Las diligencias judiciales recientes han puesto en el centro de la investigación a Harold Daniel Barragán Ovalle, alias “Harold”, considerado un eslabón fundamental en la organización y ejecución del homicidio, además de responsable del ocultamiento de Elder José Arteaga Hernández, alias “El Costeño”, supuesto jefe logístico de la banda criminal involucrada.
Barragán Ovalle fue capturado en el barrio El Muelle, localidad de Engativá, a escasos metros de su vivienda donde residia con su pareja y además mantenía una relación cercana con Arteaga Hernández. Días antes de su captura alias «Harold» entregó su celular a la Fiscalía, previo eliminó información del equipo, sin embargo los investigadores de informática forense lograron recuperar importantes evidencias recuperadas de su teléfono móvil, que incluyen fotografías de armas, drogas como el tusi y el grupo de Whatsapp que revelan la planificación del ataque.
A pesar de que Barragán intentó borrar información, los investigadores lograron recuperar material que demuestra la coordinación con un menor de edad, quien sería el sicario que disparó contra Uribe Turbay, y la relación directa que existía entre ellos. En estas conversaciones también aparece la figura de un hombre conocido como “El Caleño”, quien habría presentado al joven sicario a Barragán y le habría asignado puntos de venta de estupefacientes, lo que evidencia la conexión entre el sicariato y el narcotráfico en este caso.
La Fiscalía además rastrea un entramado financiero clave para la ejecución del magnicidio. Se han identificado millonarias transferencias bancarias hechas a través de la plataforma digital Nequi a nombre de Natalia Nayibe Yara Camayo, pareja sentimental de Barragán Ovalle, quien sería la receptora de recursos provenientes de actividades ilícitas. Estas transacciones financieras están siendo analizadas como posible hilo conductor para esclarecer el financiamiento del crimen y los aportes económicos que permitieron la compra de armas, drogas y la contratación del sicario menor de edad.
Participación del grupo delincuencial «La Oficina»
En cuanto a la organización criminal, la Fiscalía señala a un grupo conocido como “La Oficina”, responsable de la logística para el atentado y dedicada a actividades de sicariato, tráfico de armas y narcotráfico en Bogotá, Medellín y Cali. Este grupo estaría liderado por alias “Mosco”, cuya identidad aún está en investigación. Existen indicios de que “Mosco” podría ser un hombre vinculado al antiguo Bronx, centro histórico del microtráfico y la criminalidad en la capital, aunque la Fiscalía busca establecer si se trata del mismo individuo o de otra persona con el mismo alias, dado que en la ciudad hay varias personas conocidas con ese sobrenombre.
La organización criminal “La Oficina” y alias “Mosco”
La Fiscalía General de la Nación continúa con la investigación del asesinato del senador Miguel Uribe Turbay, ocurrido el 7 de junio en Bogotá, y busca esclarecer los múltiples vínculos criminales detrás del hecho. Hasta el momento, se han identificado tres eslabones fundamentales en la cadena delictiva: el sicario menor de edad que perpetró el ataque, los intermediarios y quienes ordenaron el crimen.
En la imputación contra Harold Daniel Barragán Ovalle, alias “Harold”, se reveló que este fue el encargado de vincular al joven sicario con la organización criminal. Barragán Ovalle es señalado de coordinar el asesinato y de estar vinculado con la logística del mismo.
Además, la Fiscalía indaga sobre la participación de un sujeto identificado como “El Caleño”, que habría presentado al sicario y coordinado actividades previas al atentado. Otros implicados en la investigación incluyen a personas que colaboraron en la logística, el ocultamiento de pruebas y la distribución de sustancias ilícitas.
Actualmente, Barragán Ovalle enfrenta cargos por homicidio agravado, concierto para delinquir agravado, y otros delitos relacionados. La Fiscalía mantiene la búsqueda de otros responsables y la recopilación de pruebas que permitan desarticular la red criminal involucrada en este magnicidio, que ha conmocionado a la opinión pública nacional.
Otros implicados en la investigación incluyen a Carlos Eduardo Mora, alias “El Veneco”, conductor del vehículo usado en el ataque; Katerine Martínez, alias “Gabriela”, cómplice en el traslado de armas y del menor sicario; William Fernando González, alias “El Viejo”, involucrado en el narcotráfico; y Sebastián Monsalve, alias “Gordo”, presunto colaborador en el ocultamiento de Arteaga Hernández.
Las comunicaciones interceptadas y los análisis forenses han revelado frases como “Plata o Plomo” en chats entre estos integrantes, que reflejan la naturaleza violenta y coercitiva del grupo.
Mientras continúa el proceso, la Fiscalía mantiene abierta la investigación para identificar y capturar a todos los responsables, así como para esclarecer los móviles y las conexiones detrás de este magnicidio que ha conmocionado al país.
Este caso pone de manifiesto la compleja relación entre las redes criminales, el sicariato y el narcotráfico, así como la importancia de seguir las pistas financieras para desarticular estas organizaciones. La participación de una mujer vinculada a los movimientos de dinero ilícito abre una línea de investigación fundamental para entender la financiación del atentado.