Tensión en el Caribe: Estados Unidos despliega aviones F-35 en respuesta a Venezuela

 

Las tensiones entre Estados Unidos y el gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela han alcanzado un nuevo pico esta semana, tras el anuncio del despliegue de diez aviones de combate F-35 Lightning II en una base aérea en Puerto Rico, medida que ha sido interpretada como una advertencia directa a Caracas.

El movimiento militar, confirmado por fuentes del Pentágono, se da solo días después de que dos aeronaves venezolanas sobrevolaran cerca de un buque de la Marina de EE.UU. en aguas internacionales del mar Caribe. La maniobra fue calificada por el Departamento de Defensa como “altamente provocadora” y generó una inmediata respuesta en el ámbito diplomático y militar.


Contexto del conflicto

El incidente que detonó la más reciente escalada ocurrió el pasado jueves, cuando dos aviones militares del régimen venezolano se acercaron a un buque de guerra estadounidense que participaba en operaciones contra el narcotráfico en aguas internacionales. Según el comunicado oficial publicado en la red X por el Departamento de Defensa de EE.UU., esta acción fue “diseñada para interferir con nuestras operaciones contra el narcotráfico y el terrorismo”.

La Casa Blanca no ha emitido un comentario oficial adicional, pero se espera que el presidente Donald Trump aborde el tema en una rueda de prensa este fin de semana.

Este sobrevuelo se produjo apenas 72 horas después de que fuerzas estadounidenses atacaran una embarcación que, según inteligencia militar, transportaba “cantidades masivas de drogas” desde Venezuela y estaba vinculada con la organización criminal conocida como Tren de Aragua. El ataque resultó en la muerte de once personas.


El despliegue militar estadounidense

Como parte de una intensificación de su presencia militar en la región, el Pentágono anunció el envío de diez cazas F-35, aviones de quinta generación considerados entre los más avanzados del mundo. Están programados para llegar a Puerto Rico a finales de la próxima semana.

El F-35 Lightning II es un avión de combate multifunción capaz de realizar operaciones de ataque, defensa aérea, guerra electrónica, y misiones de inteligencia y vigilancia. Su tecnología de sigilo (stealth), sensores avanzados y capacidad de fusión de datos le permiten operar en escenarios de alta amenaza, lo que ha generado dudas sobre el verdadero objetivo de este despliegue.

Aunque oficialmente el Pentágono afirma que el envío de los F-35 se enmarca en las operaciones de lucha contra el narcotráfico, expertos han señalado que esta clase de aeronaves está diseñada para escenarios de guerra más complejos, no para interdicciones de drogas.

Actualmente, Estados Unidos mantiene además en la región caribeña siete buques de guerra, un submarino de ataque nuclear y más de 6.500 efectivos militares entre la Armada y el Cuerpo de Marines.


Reacción venezolana y advertencias de Maduro

El gobierno de Nicolás Maduro ha calificado las acciones de Washington como un “acto de intimidación” y aseguró que la soberanía de Venezuela “no será vulnerada por amenazas externas”. En un mensaje televisado, Maduro anunció el despliegue de tropas en zonas costeras, la activación de milicianos y pidió al pueblo venezolano “estar preparado para cualquier escenario de agresión”.

Fuentes oficiales en Caracas también señalaron que el sobrevuelo de sus aeronaves sobre el mar Caribe se realizó dentro del espacio aéreo correspondiente a su zona económica exclusiva, aunque esto no ha sido confirmado por observadores internacionales.


 

¿Hacia una escalada mayor?

Mientras los cielos del Caribe se llenan de aviones de combate y los buques estadounidenses patrullan sus aguas, el equilibrio geopolítico regional pende de un hilo. Las tensiones entre Caracas y Washington parecen reavivar viejos fantasmas de intervención, justo cuando el continente enfrenta desafíos comunes: migración, crimen transnacional y crisis económica.

Por ahora, el mensaje de Washington parece claro: no tolerará movimientos que considere una amenaza directa a sus fuerzas militares o intereses estratégicos. Sin embargo, el margen para el diálogo diplomático parece cada vez más estrecho.