
Bogotá D.C. | 13 de agosto de 2025
Con la Catedral Primada de Colombia como escenario solemne y cargada de simbolismo, María Claudia Tarazona, esposa del senador Miguel Uribe Turbay, ofreció un sentido y conmovedor discurso de despedida durante la misa exequial celebrada este miércoles. Acompañada por sus cuatro hijos y rodeada de familiares, amigos y líderes políticos, la mujer recordó entre lágrimas al esposo, al padre, al servidor público y al hombre que, según dijo, luchó hasta el final «como un guerrero».
«Este ha sido el momento más desgarrador de mi vida«, comenzó Tarazona, con voz firme y serena frente a los cientos de asistentes que colmaron la Catedral. “Miguel resistió una brutalidad impensable. Lo hizo por nosotros, para regalarnos tiempo. Para que nos preparáramos, para que nuestros hijos pudieran despedirse de él”.
“Nuestro amor y el amor que sentimos por nuestro hijo y las niñas, trasciende este plano terrenal. Te voy a amar todos los días de mi vida hasta que llegue mi momento de encontrarme contigo en el cielo”, dijo entre lágrimas María Claudia Tarazona.
| “Amigos, ustedes que siempre han estado en los momentos de felicidad y fueron siempre soporte para miguel y para mi, no me desamparen, hoy los necesito cerca más que nunca”,
Un agradecimiento al equipo médico y un llamado a la unidad
En su intervención, la esposa del senador agradeció especialmente al equipo médico de la Fundación Santa Fe, donde Uribe Turbay permaneció más de dos meses en cuidados intensivos. Nombró a los doctores Fernando Hakim y Adolfo Llinás, así como al personal que, en sus palabras, “no solo actuó como profesionales, sino como seres humanos llenos de compasión y dignidad”.
“Ustedes lo dieron todo. Estuvieron a la altura del más grande guerrero”, afirmó con énfasis.
En medio del dolor, Tarazona hizo un llamado contundente al país: “No podemos perder la esperanza. La muerte de Miguel, como la de tantos colombianos víctimas de la violencia, no puede quedar en vano. Colombia es nuestro país. Debemos luchar unidos”.
Palabras de Miguel Uribe padre de Miguel
Miguel Uribe Londoño, padre del asesinado Miguel Uribe, manifestó que : “esta guerra tiene culpables y responsables, lo sabemos. No tenemos ninguna duda de dónde viene la violencia. No tenemos duda quién la promueve. No tenemos duda quién la permite”…
“En esta misma santa catedral, cargué en un brazo a Miguel y en el otro el ataúd de su mamá Diana [Turbay]. Hoy, 34 años después, esta absurda violencia también me arrebata a ese mismo niño que se convirtió en un hombre bueno, esposo amoroso, padre ejemplar y líder honrado y valiente”: Miguel Uribe Londoño.
“Presidente Álvaro Uribe Vélez usted y su partido respaldaron las ideas de un gran líder, hoy se los devuelvo a ustedes y a toda Colombia para emprender la lucha más grande de todos los tiempos para el restablecimiento de la paz en nuestro país estamos en la obligación de enaltecer y alcanzar el propósito al que dedicó toda su vida un país sin violencia”, aseguró el padre de Miguel Uribe
Una vida marcada por el talento y la decencia
Durante su discurso, la viuda del senador ofreció también una semblanza íntima de Miguel Uribe Turbay, más allá de su rol político. “Su vida fue un milagro en sí misma, una mística de talentos raramente reunidos en una sola persona: músico, matemático, deportista, humanista… pero sobre todo, un ser humano profundamente decente”.
Recordó cómo compartía la música con sus hijos, cómo encontraba calma en el piano y cómo siempre creyó en el diálogo y en el poder de las instituciones.
El cortejo fúnebre parte hacia el Cementerio Central
Concluida la misa presidida por el cardenal Luis José Rueda Aparicio, las palabras de Tarazona dieron paso a un nuevo silencio, respetuoso y lleno de emoción, antes de que el ataúd cubierto con la bandera nacional fuera escoltado por la Guardia Presidencial hasta las afueras de la Catedral.
Allí, frente a la Plaza de Bolívar y bajo un cielo gris bogotano, cientos de ciudadanos ofrecieron un último aplauso, mientras iniciaba el cortejo fúnebre hacia el Cementerio Central, donde descansarán los restos del senador.
La caravana tomó la carrera Séptima y luego la avenida calle 26, custodiada por un dispositivo especial de seguridad dispuesto por la Policía Metropolitana. A lo largo del recorrido, varias personas salieron a las aceras, algunos con flores en la mano, otros simplemente en silencio, como gesto de respeto.
Un país herido, pero no vencido
Las palabras de María Claudia Tarazona resuenan hoy como un eco profundo en un país marcado por la polarización y el dolor. “No me desamparen”, pidió a la familia extendida de Miguel Uribe, “porque hoy los necesito más que nunca”.
En sus últimas frases, reiteró un mensaje de unión y no de venganza: “Sembremos esperanza. Que este país, el que amamos, no siga siendo un país de muertos”.
Redacción Política |