Apenas horas después de que expirara una exención clave de aranceles en Estados Unidos, Temu anunció un cambio radical en su estrategia logística.
A partir de ahora, todas las ventas a clientes estadounidenses se procesan desde el país, a través de vendedores locales. Es un giro oportuno, que parece diseñado para esquivar los nuevos impuestos a las importaciones chinas impulsados por Donald Trump.
Las ventas en EE.UU. ahora son gestionadas por vendedores locales, Temu ha estado reclutando activamente a vendedores estadounidenses para que se unan a la plataforma.
Con esta maniobra, Temu y su competidor Shein están reescribiendo las reglas del comercio electrónico internacional. Hasta hace poco, ambas plataformas aprovecharon la laguna legal conocida como “exención de minimis”, que permitía la entrada libre de impuestos de productos con un valor menor a 800 dólares. Gracias a ella, los consumidores estadounidenses recibían millones de paquetes con productos ultra baratos directamente desde China.
Pero el escenario ha cambiado. Con Trump de vuelta en campaña y los aranceles endurecidos, el mensaje es claro: producir en China saldrá caro. La respuesta de Temu, sin embargo, revela que las grandes tecnológicas chinas no se quedarán de brazos cruzados.
¿Fabricado en EE.UU.? No tan rá
El cambio en la retórica empresarial —hablar de “vendedores locales” y “almacenes en el país”— puede parecer una concesión a las presiones políticas, pero tiene trampa. Nada garantiza que los productos vendidos estén fabricados en EE.UU. De hecho, siguen siendo, en su mayoría, hechos en China.
“Enviar desde almacenes locales no significa que la manufactura se haya relocalizado”, aclara Chris Tang, experto en cadena de suministro global en UCLA.
Shein, por ejemplo, comenzó a llenar almacenes en EE.UU. desde el año pasado, anticipándose al endurecimiento de las políticas aduaneras. Temu hizo lo mismo, según reportes de Bloomberg, renovando su cadena de suministro para enviar productos en masa a suelo estadounidense antes de que entraran en vigor los nuevos impuestos.
Los límites del modelo
El nuevo enfoque tiene sus riesgos. En redes sociales, usuarios ya reportan productos agotados. Y si los almacenes se vacían, Temu enfrentará decisiones difíciles: esperar costosos reabastecimientos, subir precios o sustituir artículos agotados por otros similares.
“No hay cargos de importación ni costos adicionales en productos enviados desde almacenes locales”, promete el sitio web de Temu. Pero eso depende de que esos almacenes sigan llenos.
El futuro del comercio ultrabarato
La estrategia de Temu revela una paradoja inquietante: mientras Trump busca proteger la industria nacional, las plataformas chinas ya han encontrado atajos logísticos para mantener precios bajos y eludir los aranceles. En la práctica, el flujo de productos baratos no se detiene; solo cambia de forma.
Para millones de estadounidenses, el acceso a ropa, gadgets y artículos del hogar a precios bajísimos sigue siendo irresistible. Aunque el origen de esos productos siga siendo el mismo, su nueva ruta legal podría darles una segunda vida… al menos por ahora.


