
En una carta de apenas una página, fechada en Londres y dirigida a la canciller Laura Sarabia, el embajador de Colombia en el Reino Unido, Roy Barreras, presentó este martes su “renuncia irrevocable” al cargo diplomático. Aunque la misiva no lo dice explícitamente, la movida es todo menos sorpresiva: Barreras se prepara para disputar nuevamente la Presidencia de la República en 2026.
La renuncia surtirá efecto en los próximos días. A finales de mayo se activan las inhabilidades para funcionarios públicos que quieran competir por la Casa de Nariño. Si bien Barreras no emprenderá campaña de inmediato, su renuncia anticipada busca evitar cualquier riesgo de quedar inhabilitado, incluso por unas horas. En tiempos preelectorales, ningún cálculo sobra.
Una jugada anunciada
Esta renuncia no solo es un paso necesario para su eventual candidatura, sino también un movimiento táctico en medio de una reconfiguración del mapa político de centro-izquierda.
Desde hace meses, Barreras viene gestando una alianza con figuras que, aunque cercanas al petrismo, han comenzado a distanciarse del Gobierno. En esa lista figuran nombres como Juan Fernando Cristo (exministro del Interior), Luis Gilberto Murillo (excanciller y actual embajador en EE. UU.) y Mauricio Lizcano (exministro de las TIC). Tres antiguos funcionarios del presidente Petro que ahora podrían volver a encontrarse en otra orilla.
¿La coalición ‘santista’?
Lo que está en el horno es una consulta entre líderes de centro-izquierda, muchos con raíces en el santismo, para presentar un candidato unificado. Aunque las conversaciones no han cuajado del todo, hay encuentros y puentes tendidos. La plataforma política para esta coalición sería el partido La Fuerza de la Paz, el cual fue fundado por Barreras y se perfila como vehículo electoral para el 2026, incluso con lista propia al Congreso.
Los fantasmas del pasado
Barreras carga con equipaje pesado. En mayo de 2023, el Consejo de Estado anuló su elección como senador por no haber renunciado a tiempo a su curul en el Partido de la U antes de cambiar de colectividad. Esa decisión lo dejó fuera del Congreso, pero no fuera del poder: el presidente Petro lo designó rápidamente como embajador en Londres, un cargo desde el cual conservó influencia, aunque ya con una relación tensa con el Ejecutivo.
Uno de los episodios más controversiales se dio en febrero, cuando el entonces ministro de Comercio, Luis Carlos Reyes, lo acusó de haber presionado por el control de las direcciones de aduanas en Cali y Buenaventura cuando Barreras era presidente del Senado. “Me dijo: ‘Mira, Luis Carlos, eres un tipo prometedor, eres como un futbolista estrella, imagínate lo feo que sería que a Messi le rompieran las piernas’”, relató Reyes en su momento. El escándalo no terminó en consecuencias judiciales, pero sí dejó cicatrices.
2026 en el horizonte
Roy Barreras, de 61 años, se alista para su tercer gran intento por la Presidencia. Ya no como aliado clave del petrismo, sino como posible cabeza de una coalición moderada, que intenta rescatar lo que queda del centro político colombiano.
La pregunta ahora es si logrará unir a los descontentos del Gobierno, a los independientes y a los exsantistas bajo una sola sombrilla electoral. La cuenta regresiva ya empezó.