El mensaje del Presidente Petro ante la crisis en el Catatumbo: «La codicia ha ganado al corazón del ELN»

En medio de la creciente violencia en el Catatumbo, una región que históricamente ha sido escenario de confrontaciones entre guerrillas, paramilitares y fuerzas del orden, el presidente Gustavo Petro envió un mensaje  sobre los recientes hechos de violencia que han desplazado a más de 3.000 personas.  Petro no solo condenó la masacre cometida por el Ejército de Liberación Nacional (ELN), sino que también trazó una línea sobre la evolución de los grupos armados en Colombia y su relación con el narcotráfico.

“Lo sucedido en el Catatumbo no es sino una demostración más del tránsito de las guerrillas insurgentes hacia las organizaciones narcoarmadas», expresó Petro, estableciendo una conexión directa entre el accionar del ELN en la región y las masacres perpetradas por los paramilitares en décadas pasadas. El presidente comparó las tácticas de violencia utilizadas por el grupo armado con las que en su momento emplearon las estructuras paramilitares bajo el liderazgo de Carlos Castaño y Salvatore Mancuso. La masacre de campesinos civiles, en estado de indefensión, evocó a aquellos oscuros episodios de la historia reciente de Colombia, en los que la sangre de los inocentes se derramó sin piedad.

El fin de una ideología revolucionaria
Petro hizo un análisis profundo sobre la transformación del ELN, que originalmente nació bajo los principios del «amor eficaz», del sacerdote guerrillero Camilo Torres Restrepo. «Ese ELN ya no existe», afirmó el presidente con una mezcla de pesar y claridad. Petro recordó cómo, cuando estuvo en prisión y durante sus tiempos de activismo político, conoció a muchos miembros de la organización, personas que mantenían convicciones firmes y una ideología revolucionaria que parecía guiada por un anhelo de justicia social. Sin embargo, en las últimas décadas, el ELN ha transitado un camino oscuro. Según el presidente, esta guerrilla, que alguna vez fue idealista, ha sucumbido a la codicia y se ha alineado con los intereses del narcotráfico, en particular con la figura de Pablo Escobar, a quien considera el referente de esta nueva mafia armada.

“Ese ELN está muerto. Murió entre los campesinos del Catatumbo, lo asesinó el actual ELN mafioso”, subrayó Petro, quien no ocultó su desencanto ante la transformación de un grupo que, en sus inicios, tuvo un fuerte componente ideológico. Para el mandatario, el ELN ha dejado atrás la lucha por ideales de justicia social y ha cedido ante la tentación de las ganancias ilícitas, que hoy son su motor.

Ante esta situación, Petro hizo un llamado urgente a la Fuerza Pública, en especial al Ejército Nacional, para que cumpla con su mandato constitucional de proteger a la población civil. «Le corresponde al ejército actual, el ejército de la constitución, salvar y proteger a la población del Catatumbo del ELN, su asesino», afirmó el presidente, dejando en claro que la seguridad de los ciudadanos es una prioridad para su gobierno. Para Petro, el Ejército debe convertirse en un muro de contención ante el avance de los grupos narco-armados, que ya no buscan la transformación política, sino la acumulación de poder económico.

No obstante, Petro también dirigió un mensaje de aliento  a los colombianos, especialmente a los pobladores del Catatumbo. “El pueblo debe organizarse y mantenerse firme”, dijo, instando a la población a no rendirse ante la violencia. «Las armas de la nación están a su lado», prometió, recordando que el gobierno está comprometido con la protección de los ciudadanos más vulnerables.

Petro dejó claro que el gobierno no está dispuesto a tolerar que la codicia gobierne el destino del país. «Todo aquel que haya dejado que su corazón lo gane la codicia, será enfrentado», sentenció, marcando una línea firme entre quienes siguen en el camino de la lucha armada por ideales y aquellos que solo buscan enriquecerse a través de la violencia y el narcotráfico.

Este es el mensaje del Presidente Gustavo Petro:

«Lo sucedido en el Catatumbo no es sino una demostración más, del tránsito de las guerrillas insurgentes hacia las organizaciones narcoarmadas. La acción de masacre cometida por el ELN con fuerzas traídas desde Arauca hasta el Catatumbo calca perfectamente el accionar de los grupos paramilitares, cuando, dirigidos por Mancuso, llegaron a la zona: masacre de campesinos civiles, en estado de indefensión. Crmened de guerra por doquier qur son crímenes contra la humanidad.

Como lo anunciaba antes, el ELN se apartó de la teoría del «amor eficaz» de su fundador, el sacerdote Camilo Torres Restrepo, del que aún guardo su sotana, y transitó hacia los caminos de Pablo Escobar, al que escogieron como su guía permanente .

Es el tránsito que todo ser humano realiza cuando a su corazón lo gana la codicia, o, como dijera José Eustasio Rivera, se lo gana la violencia.

Conocí muchas personas militantes del ELN cuando estaba en la cárcel o cuando estaba en mis noches de amor y de guerra; siempre me admiró de ellos sus principios, su entrega revolucionaria, creo que ese ELN está muerto.

Murió también entre los campesinos del Catatumbo, lo asesinó el actual ELN mafioso.

Le corresponde al ejército actual, el ejército de la constitución, salvar y proteger a la población del Catatumbo del ELN, su asesino. El ELN ha escogido el camino de la guerra y guerra tendrá.

Nosotros, el gobierno, estamos al lado del pueblo. Todo aquel que aún mantenga su corazón firme al lado del «amor eficaz»: será escuchado.

Todo aquel que haya dejado que su corazón lo gane la codicia, será enfrentado. Al pueblo mucha organización y firmeza, las armas de la nación están a su lado»