La noche del 16 de enero trajo consigo una nueva tragedia para Boyacá. La desaparición de Laura Valentina Páez, una niña de tan solo 9 años, ha estremecido a la comunidad de Chiquinquirá, donde su familia y vecinos aún buscan respuestas. La menor, salió de su casa a las 7:00 p.m. para pasear a su perro, pero no regresó.
La angustia comenzó cuando Laura Valentina no volvió a la hora esperada. Tras varias horas sin noticias de ella, la familia comenzó a preocuparse. Fue entonces cuando decidieron revisar las cámaras de seguridad del barrio Juan Pablo Segundo, al norte de la ciudad. Las imágenes mostraron algo inquietante: la niña, que hasta ese momento había estado sola, aparecía acompañada por un hombre en los minutos previos a su desaparición. Aunque las autoridades ya han logrado identificar al sujeto, los detalles de su identidad y su posible vinculación con el caso aún son inciertos.
Diego Velandia, hermano de la menor, relató a Caracol Radio que la niña había salido a las 7:00 p.m. para que su perro pudiera hacer sus necesidades, pero las cámaras mostraron que estuvo en las inmediaciones hasta las 6:25 p.m., lo que genera aún más preguntas sobre lo sucedido en ese breve lapso de tiempo. La desaparición se reportó a las autoridades en la mañana del viernes 17 de enero, lo que llevó a la activación inmediata de los protocolos de búsqueda, mientras la familia vivía horas de desesperación.
El alcalde de Chiquinquirá, Jefferson Caro Casas, no tardó en convocar un consejo extraordinario de seguridad, con el apoyo de la Policía y otras entidades locales, para tratar de dar con el paradero de la niña. «La madre y un hermano informaron el hecho, y de inmediato activamos todos los protocolos de búsqueda», declaró el mandatario, quien sigue de cerca los esfuerzos por dar con el paradero de Laura Valentina.
Las características de la niña son claras: mide aproximadamente 1,20 metros, tiene el cabello oscuro, largo y rizado, es delgada y de tez blanca. En el momento de su desaparición, vestía un buzo gris, zapatillas grises y pantalón azul tipo jeans. Las autoridades y los familiares siguen su rastro con la esperanza de encontrarla sana y salva, mientras la comunidad se mantiene en vilo.
La desaparición de Laura Valentina se suma al doloroso caso de Sara Michel Vargas Vega, de 11 años, quien desapareció el 25 de diciembre en Sogamoso. En ese caso, las autoridades ya han detenido a Juan Carlos Rodríguez Vargas, primo de la niña, como principal sospechoso. El caso de Laura Valentina, aunque aún en las primeras etapas de investigación, hace temer que esta tragedia no sea un caso aislado.
Las calles de Chiquinquirá viven hoy con la incertidumbre de un misterio por resolver. Los padres y familiares de Laura Valentina, desesperados por respuestas, recorren los barrios, mientras las autoridades intensifican la búsqueda, revisan más cámaras de seguridad y siguen el rastro de cualquier pista que pueda llevarlos a ella.
Este caso nos recuerda, una vez más, la vulnerabilidad de los niños en una sociedad marcada por la violencia, y la necesidad urgente de respuestas en una región que, lamentablemente, parece acostumbrarse a estos horrores. Mientras tanto, la familia de Laura Valentina aguarda en silencio, aferrándose a la esperanza de que su niña regrese a casa, sana y salva.